30 octubre 2008

PASIÓN, CELOS Y MUERTES Segunda parte

Continuación de la entrada anterior.
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Al otro día de la conversación que tuvimos con Piruco, el pasó temprano para el galpón y más tarde Mabel con los chicos para la escuela.
Siendo las ocho horas treinta minutos, llega el panadero y me dice, sabes qué, ¿qué? le pregunto, el Piruco degolló a Mabel a la vuelta de la escuela y delante de la nena; sin decirle nada al panadero de la charla con el tipo el día antes, pienso: la puta que poder de convicción tengo.
Pasaron algunas horas, y algunos testigos ocasionales que vieron lo sucedido me contaron, pobrecita Mabel, salió corriendo hacia los consultorios que hay aún hoy a una cuadra de la escuela, pero no pudo llegar, murió desangrada a mitad de camino. A Piruco lo vieron correr hacia la vía y no se supo de él hasta unos cuantos dias después.
Todos creíamos que había abandonado el pueblo, yo incluso creía que se había ido a Recalde, partido de Olavarría, en una estancia cerca de ese pueblo, trabajó cuando lo desterraron de Urdampilleta.
El mismo día del asesinato, se detiene frente a mi negocio un auto Torino cupé bastante añejo, desciende una persona, se presenta: soy el oficial Gonzalez de la brigada de Pehuajó. (Es la policía que actúa de civil cuando ocurren estos casos, o cuatrerismo en esta zona de la provincia de Buenos Aires).
Me preguntó sobre lo sucedido, si yo conocía a los protagonistas, y qué relación me unía a ellos, puesto que en la comisaría local le habían aconsejado preguntar en el almacén "El Trebol" , nombre de mi negocio.
Yo conociendo el bicho que tenía enfrente, contesté lo justo, lo poco y lo preciso, el problema mío con la familia policíaca, es cuetión de piel, no puedo ser amigo, hay rechazo, yo al lado de un policía me siento incómodo.
Me comentó el tipo que le informaron los policias locales, que detrás de la estación de trenes a unos quinientos o mil metros hay un monte tupido que lo llaman el monte de Alonso, y podía ser refugio de este sujeto (Piruco).
Eso es verdad le digo, ese monte por lo tupido es la villa cariño de este pueblo.
Hacia allá salió el hombre y no volví a tener noticias de él, hasta veinticuatro horas después.
Volvió a detener el auto en mi puerta se bajó y a modo de despedida me dijo, recorrí el monte palmo a palmo , y allí no hay nadie, yo me voy, terminó mi trabajo, que ahora lo busque la federal,y se fué.
Una semana más tarde, un vecino de mi negocio, que trabajaba en el municipio, va a comprar gaseosas frescas, porque me dice, aprovechando el tractor y acoplado de la municipalidad voy a traer leña del monte de Alonso.
Pasaron unas horas, vuelve Ramirez(que así se llama este vecino), sin leña y asustado. Me dice sabes qué ¿ qué ? pregunto, cuando me interné en el monte sentí olor a podrido, muy feo y muevo unas ramas y allí estaba, un muerto, me asusté y corrí pero después volví, por las pilchas y las botas de goma era Piruco.
Yo avisé a la policía y ahora van con la hermana a reconocer el cuerpo, está comido por las alimañas.
Y sí, se reconoció el cuerpo, era el de Piruco, con con un orificio de bala en el medio de la frente.
Yo sobre este final tengo desde el primer momento mi opinión formada, el lector de esta historia sacará sus propias conclusiones.
Por eso yo sostenía mas atrás en el relato, que es cuestión de piel y estoy muy cómodo, lejos de la policía y mas seguro.
La justicia es la que debe, detener, juzgar y condenar.-
FIN

3 comentarios:

FdA dijo...

uhhhh, guau!!! que miedito, che era cuando estabas en lo de gelbes? por esos lados? yo me acordaba del Casi Todo, no de El Trebol

Harnos dijo...

Si, frente a lo de Pichi, donde te rompiste la pera con la bicicleta sin cubiertas de Javi.

Margot dijo...

harnos, qué suspenso! pobre mabel... se me ocurrió pensar que tal vez el poli venía a vengar el crimen de su querida... mmmm!